Hábitos que sanan

Sādhana proviene del sánscrito sādhu, a partir de la raíz sādh-, ‘cumplir’ que significa literalmente «un medio para lograr algo». Es también el nombre que recibe la autopráctica diaria o disciplina de la mente y el cuerpo para servir al alma.

Antes de todo es importante reflexionar sobre cúal es nuestro objetivo a lo largo de nuestra vida porque es el que nos marcará la dirección a seguir. A veces no es necesario tener un meta súper definida. Podemos empezar con algo más amplio que refleje una verdad de lo que anhela alcanzar tu Conciencia Superior, tu esencia. Por ejemplo:

Me gustaría…
Sentirme en paz conmigo mism@,
Darme todo lo que necesito,
Poner límites,
Amarme tal y como soy…

Este objetivo puede ir variando según la etapa de vida en la que estés y lo irás ajustando a medida que vayas conquistando espacios que antes eran desconocidos para ti.

 

Algunas de sus funciones son:

• Señalar la dirección.

Por ejemplo si tienes claro que quieres sentirte fuerte y sano tendrás claro que comer en exceso y llevar una vida sedentaria no es la dirección que debes llevar.

• Te facilita el desprenderte “de lo que está bien o mal”.

Es decir, nada está bien o mal en sí mismo, será en función de cual sea tu objetivo. Lo que puede ser conveniente para otro no tiene por qué serlo para mí. Por ejemplo comer más de 4000 calorías diarias ¿es bueno o malo? Si quiero competir en los juegos olímpicos y entreno 8 horas diarias necesitaré ese aporte calórico. Pero si lo que quiero es perder el sobrepeso que llevo arrastrando durante años, eso me alejará de mi meta. Así puedo relativizar todo lo que hago, todo lo que escojo en función de esa premisa, de acercarme a o alejarme de mi objetivo.

• Ayuda en los momentos de duda.

Es habitual que cuando uno se propone algo en un espacio de tiempo aparezcan momentos de duda de esa vocecita de nuestra Conciencia Inferior o Personaje que intentará crear confusión para volver a los antiguos hábitos. Es la famosa inercia que te lleva a reproducir las misma acciones una y otra vez aunque no nos lleve donde queremos estar. En ese caso el tener ese objetivo presente te “aclarará” lo que es conveniente para ti.

 

¿Cúal es la respuesta?

Entonces cuando hemos establecido aquello que queremos conseguir solo queda un paso: LA ACCIÓN. Ningún proyecto (grande o pequeño) en la vida de alguien se consigue solo pensando o reflexionando. En algún momento hay que articular una respuesta interna o externa que vaya en la dirección que hemos escogido. Por tanto el HACER es la clave para materializar aquello que he creado a través de la reflexión y la conexión con mi ser. 

A veces el HACER implica NO HACER, es decir hacer algo DISTINTO por que como decía A. Einstein la locura es “repetir una y otra vez lo mismo esperando resultados diferentes”.

En todo este proceso de ELECCIÓN y ACCIÓN es necesario integrar pautas y espacios donde tener la guía necesaria para hacer el camino. Incorporar en nuestro día a día #hábitosquesanan convirtiéndolos en tus aliados  para vivir la vida que deseas.

 

Preguntas clave

Las preguntas que puedes hacerte son ¿Tengo la vida que quiero tener?, ¿Estoy dónde quiero estar?, ¿Soy la persona que anhelo ser?,  ¿Vivo en coherencia  con lo que soy?…

Hay una manera de poder experimentarlo, practicando aquellos hábitos que te dan el anclaje de saber desde dónde y hacia dónde dirigirte. Si crees que necesitas ayuda en mis sesiones te acompaño en este proceso de encontrar la herramientas más adecuadas para poder llevarlo a cabo.

En próximos post (Ver más) iré compartiendo algunos de los #hábitosquesanan  que me ayudaron o me ayudan en mi  vida.

¿Cuáles son tus  #hábitosquesanan? Compártelos conmigo. Te escucho